El volumen II de la Introducción a la Ciencia Espacial,
publicado por la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos,
incluye un capítulo de estudio de los OVNIs. Se afirma allí literalmente
que
«los OVNIs son objetos materiales que están, o bién pilotados, o controlados por control remoto por seres que son de fuera de este planeta». Y también se afirma que
«las visiones OVNI parecen extenderse a lo largo ya de 47.000 años».
El testimonio acaso más antiguo que relaciona a los supuestos dioses
con los objetos volantes no identificados, sea el que transmiten los
aborígenes de los montes Kimberley, en el noroeste de Australia. Cuentan
que en tiempos remotos sus dioses trazaron sobre las rocas unos dibujos
antropomorfos de notable tamaño, los Wandjinas, con rostros carentes de
boca y rodeadas sus cabezas por uno o dos semicírculos en forma de
herradura, con finas líneas que irradia el círculo exterior. Después de
ello y de instruir a los nativos, los wandjinas o dioses se
transformaron en serpientes míticas y se refugiaron en charcos cercanos.
Cuentan los nativos que de vez en cuando se les puede ver de noche en
forma de luces que se mueven a gran altura.
A gran altura debió moverse también un desconocido aparato volador,
inteligentemente guiado, hace ahora unos 11.000 años. Así se desprende
de los datos recogidos en los mapas de Piri Reis, que se conservan en el
museo Topkapi de Istanbul. Fueron trazados en 1513 por el almirante de
las flotas turcas Piri Reis, y muestran fielmente los accidentes
geográficos de las costas americanas, incluyendo los de la Antártida.
Con la notable peculiaridad de que en ellos el extremo Sur de la Tierra
de Fuego enlaza por medio de la estrecha lengua de tierra con la
Antártida, allí en donde hoy en día las aguas del estrecho de Drake
enlazan entre sí a los océanos Atlántico y Pacífico. Cotejados los mapas
con las fotografía infrarrojas aéreas que reflejaban el perfil
submarino, se llegó a la conclusión de que realmente había existido este
puente de tierra entre el continente sudamericano y la Antártida a
finales de la última glaciación; o sea, hace ahora unos 11.000 años.
Piri Reis había reseñado en sus mapas con asombrosa exactitud costas,
islas, bahías y montañas que en parte hoy ya no son visibles, sino que
están cubiertas por una considerable capa de hielo. El propio almirante
Piri Reis indicó, en los textos explicativos de sus mapas, que para su
confección se había servido de otros mapas anteriores, entre ellos uno
requisado a un marino que había formado parte de las tripulaciones de
Cristóbal Colón, y que fue capturado en aguas peninsulares ibéricas.
Debemos concluir que alguien trazó con perfección la orografía terrestre
de aquella zona del globo hace 11.000 años. ¿Quién fue? El cartógrafo
americano Arlington H. Mallery afirmó en su día que no podemos
imaginarnos como se trazó un mapa tan preciso sin el concurso de la
aviación.
PIRI REIS |
No hay comentarios:
Publicar un comentario